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La Maestra, Concurs International de Cheffes d'Orchestre

La Maestra

Concours et Académie de Cheffes d’Orchestre

Inútil pretender que esta nueva publicación no está motivada por la celebración del Día Internacional de la Mujer que, como cada año, se celebra tal día como hoy, 8 de marzo. Me ha parecido una ocasión ideal para hablaros de un proyecto de colaboración que me gusta mucho y que tiene como objetivo formar, acompañar y visibilizar el trabajo de las mujeres directoras de orquesta: el Concurso y Academia de Directoras de Orquesta La Maestra.

Claire Gibault, directora de orquesta
Claire Gibault, directora de orquesta

De muy reciente creación (en el momento de escribir este artículo solamente cuenta con una edición), la idea original de esta iniciativa es de Claire Gibault, directora musical y artística de la Paris Mozart Orchestra. Junto a la Philarmonie de Paris, en 2020 lanzó el primer concurso La Maestra, que supuso también el inicio de la formación para la primera promoción de la Academia.

En la página oficial de La Maestra, un texto reflexiona acerca de la necesidad de un concurso específicamente dirigido a las mujeres. En una época en la que, según parece, la mentalidad comienza a cambiar en algunas regiones del mundo, ¿es pertinente una iniciativa como esta? También dan la respuesta: si bien es cierto que cada vez hay más mujeres directoras de orquesta, la discriminación en razón del género sigue estando de actualidad. Y proporcionan cifras significativas: en Francia, de entre todos los directores de orquesta programados por las instituciones, solamente son mujeres un 4-6%. Todavía menos en otros países europeos. Hablan también de los concursos de dirección, que apenas admiten candidaturas de directoras y en el jurado con suerte un par de los miembros son mujeres (si es que las hay).

Al respecto, voy a aportar algunos datos más porque me parece que la explicación que proporciona la página web de La Maestra es un poco exigua. En primer lugar, es comprensible que todavía exista un número muchísimo menor de directoras que de directores de orquesta. Hasta épocas bien recientes, las mujeres tenían negado el acceso a las clases de dirección y de las pocas que lograron ser admitidas, una buena parte hubo de enfrentar reacciones bien desagradables de parte de sus profesores y compañeros: condescendencia, incredulidad, discriminación, cuando no sabotajes, habladurías y agresiones verbales e incluso físicas. En esta situación, muchas vocaciones femeninas fueron desestimadas o bien pronto abandonadas.

También es comprensible que, habiendo más directores que directoras, las organizaciones programen un mayor número de espectáculos dirigidos por hombres que por mujeres. No se trata de visibilizar a toda costa sino de compartir un espacio en igualdad de condiciones.

Lo que ya no es tan defendible es que gran parte de los programadores (y empleo conscientemente el masculino genérico porque la mayoría de los programadores siguen siendo hombres y, entre quienes no lo son, la postura hacia las profesionales suele ser mucho más abierta), ni siquiera se planteen la posibilidad de ofrecer una serie de conciertos a una mujer. No es nada difícil acceder a datos reales, aunque sean aproximados. Si tienes tiempo y ganas, te propongo que bucees en las páginas de las orquestas sinfónicas españolas y saques la cuenta del número de directoras al frente de sus programas de ciclo. En muchas ocasiones, se les ofrecen «conciertos menores», considerados de poca importancia frente a los «grandes repertorios»; o al contrario, programas con mucha visibilidad y muy mediáticos con el objetivo de que la opinión pública pueda sentirse orgullosa de lo comprometida que está su orquesta con la igualdad. Pero muchas veces es un mero ejercicio de publicidad. Existen excepciones notables, alguna orquesta donde la directora titular es una mujer. Aunque lamentablemente son eso, excepciones. Y la dinámica, tan presente en cualquier otro ámbito profesional, se itera en el musical: las mujeres deben, por lo general, demostrar su valía profesional en un nivel mucho mayor que los hombres y son cuestionadas continuamente en razón de su género.

A modo de ejemplo, baste este artículo publicado en la revista digital Platea Magazine, que analiza (no se indica gracias a qué datos, tampoco la metodología, pero sí que es una «selección personalísima») de los directores de orquesta españoles con más proyección en el año 2016. De los siete que nombra, todos salvo uno han nacido con posterioridad a 1970; es decir, son jóvenes como para que puedan codearse con mujeres directoras de la misma generación. ¿Sabes cuántas mujeres nombra el articulista? No te molestes en visitar la página, yo te lo digo: NINGUNA. Ah, pero espera, que luego completa la lista enumerando una serie de figuras que también están realizando una estupenda labor al respecto. Pues no, sigue sin incluir ninguna mujer. Cabe preguntarse, ¿será que este señor (porque es un señor) no conoce a ninguna directora? ¿O será que considera que ninguna de ellas hace un trabajo «comparable» a sus homólogos masculinos? Bueno, para remediarlo, en enero de 2021 publicó una entrevista a Alejandra Urrutia. Bueno, ya conoce a UNA directora de orquesta…

Ironías aparte, no dudo de la buena intención del autor de dicho artículo, y quiero creer que la ausencia de mujeres de su lista no es un acto de discriminación consciente. Es más que probable que con el texto quisiera dar a conocer a todos estos directores que, comparto con él, están realizando una labor magnífica. Y además, está en su completo derecho a opinar que, en el ámbito de la dirección, son los mejores. También es cierto que en los últimos 5 años se está dando mayor visibilidad a las mujeres, tanto directoras como compositoras (aunque todavía no es para festejarlo); pero, ¿de verdad no había ninguna mujer que considerase «digna» de incluir entre los 18 hombres que selecciona? Sin contar los 5 de la introducción en el artículo.

Afortunadamente, cada vez son más las jóvenes directoras que afirman no haber sentido discriminación en este sentido ni durante sus estudios, ni una vez que han alcanzada la profesionalización. Y no es que lo ponga en duda, pero las mujeres tenemos tan interiorizados determinados comportamientos (aquellos que desde hace unos años señalamos como micromachismos), que en ocasiones ocurre que ni siquiera nos damos cuenta de que nos están discriminando. Yo misma atesoro algunas anécdotas de mi época de estudiante que vinieron de hombres pero también de mujeres, de profesoras. Y los atesoro porque en su momento no fui capaz de identificarlos y me gustaría hacerlo rápidamente si llegan a reproducirse en el futuro.

¿Quiere esto decir que mis profesores eran machistas? En absoluto. Lo que significa es que hombres y mujeres hemos interiorizado algunos de esos comportamientos e ideas machistas y en muchas ocasiones las reproducimos sin darnos ni siquiera cuenta. Por eso es tan importante que estemos alerta, de manera que cada vez sean menos los que transmitimos a las nuevas generaciones de niñas, pero también de niños.

Glass Marcano

Glass Marcano, directora de orquesta
Glass Marcano, directora de orquesta

Volviendo al concurso La Maestra, la edición de 2020 tuvo las tres laureadas de rigor: Rebecca Tong (Primer Premio, Premio especial Arte y Premio especial de las Salas y las Orquestas francesas, Stephanie Childress (Segundo Premio) y Lina González-Granados (Tercer Premio y Premio Especial Écho). Junto a ellas, hubo una laureada más, la venezolana Gladysmarli del Valle Vadel Marcano (Glass Marcano), Premio especial de la Orquesta y también señalada como «Coup de Coeur» por Arte y Écho. Todas realizaron un concurso magnífico, en el que destacaron en la dirección de obras del gran repertorio y también tuvieron que acometer el estreno de una obra especialmente comandada para el concurso. Pero entre ellas, destaca sin duda esta última, jovencísima directora egresada del Sistema de Orquestas de Venezuela, puesto en marcha hace ya más de 40 años por José Antonio Abreu. No quiero con esto decir que sea mejor que sus tres compañeras también premiadas, sino que la calidad de su dirección, su estilo, su carisma y su energía van a favorecer casi sin lugar a dudas que en los próximos años oigamos hablar -y le veamos dirigir- mucho de ella.

Puedes leer una pequeña biografía de Glass Marcano en este enlace (en francés y en inglés), pero también en los ya numerosos artículos que hablan de ella en internet. Sorprende y emociona a partes iguales la determinación de esta joven que, cuando supo del concurso La Maestra, tuvo claro que debía participar. Sin los medios económicos para costearse los 150 euros de la inscripción, estuvo vendiendo fruta en un mercado, junto a su madre, para poder ganar el dinero suficiente. Gracias a lo que pudo ahorrar y a la generosidad de sus amigos, reunió el importe de la inscripción y envió el vídeo solicitado para poder acceder la selección inicial. La organización del concurso encontró un vuelo humanitario que la trasladó a Madrid y de allí…

Todavía es pronto para afirmar eso de «el resto, es historia», porque Glass Marcano tiene toda su historia por delante. Pero sí tengo la esperanza de que este concurso signifique para ella un punto de inflexión en su carrera y también de que dentro de nada estemos disfrutando de su liderazgo ante las grandes orquestas del panorama internacional. ¡Enhorabuena, Glass!

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María Setuain Belzunegui. 2021 Licencia de Creative Commons Reconocimiento-No Comercial-Sin Obra Derivada 4.0 Internacional.

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